Porque capacitar es prevenir

Porque capacitar es prevenir
Cecapres

viernes, 2 de marzo de 2012


El estado confusional
La confusión es un estado psíquico y conductual en el que la comprensión, la
coherencia y la capacidad de razonamiento aparecen reducidas. Entre los signos
que se manifiestan más precozmente están la falta de atención, que se define por
la imposibilidad de sostener de manera ininterrumpida el pensamiento y las
acciones, y la desorientación. Al empeorar el estado confusional se advierten
deficiencias psíquicas más globales que afectan a la memoria, la percepción, la
comprensión, la solución de problemas, el lenguaje, la praxis, la función
visuoespacial y diversos aspectos del comportamiento emocional atribuibles a
regiones particulares del encéfalo. En algunos casos, un estado aparentemente
confusional podría deberse a algún déficit aislado de la función psíquica, como un
deterioro del lenguaje (afasia), una pérdida de memoria (amnesia) o una falta de
apreciación de las relaciones espaciales del yo o del entorno externo (agnosia)
(cap. 23). La confusión también forma parte de las manifestaciones de la
demencia senil (cap. 350) y, en esta situación, el carácter crónico del trastorno lo
diferencia de la encefalopatía aguda.
Por lo común el paciente confuso está apagado y físicamente inactivo, y tiende a
evitar el habla. El estado de confusión que se acompaña de agitación,
alucinaciones, temblores y percepciones ilusorias (percepción errónea de
imágenes, sonidos y sensaciones táctiles del entorno) se denomina delirium y el
ejemplo más típico es el delirium tremens de la abstención de alcohol o drogas.

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Estados confusiónales agudos y coma: introducción

Los estados confusiónales y el coma constituyen dos de los problemas más frecuentes en la medicina general; explican una fracción importante de internamientos en pabellones de urgencias y son frecuentes en todos los servicios hospitalarios. A menudo coexisten el estado confusional y la disminución del nivel de conciencia; aquí se expondrán juntos porque son causados por muchas de las mismas enfermedades, si bien tienen características clínicas y explicaciones funcionales médicamente distintas. Prácticamente todos los casos de disminución del estado de alerta pueden provenir de anormalidades de los hemisferios cerebrales o de una menor actividad del sistema talamocortical de alerta, llamado sistema de activación reticular (reticular activating system, RAS). Para conservar el estado de alerta y la coherencia del pensamiento se necesita que este sistema funcione apropiadamente, así como las proyecciones ascendentes a la corteza y la propia corteza.

Sutura


Maniobra quirúrgica que consiste en unir los tejidos seccionados y fijarlos hasta que se completa el proceso de cicatrización.
 
  Una sutura quirúrgica es el procedimiento  empleado para reparar y aproximar los tejidos.

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CENTRO DE CAPACITACIÓN Y PREVENCIÓN EN SALUD
(CECAPRES)

     Curso básico de medicina interna

Prolapso de la valvula mitral



El prolapso de la válvula mitral, denominado también síndrome del chasquido y
soplo sistólicos, síndrome de Barlow, síndrome de la válvula flotante y síndrome
de la valva mitral ondulante, es un síndrome clínico bastante frecuente pero muy
variable, que se produce por múltiples mecanismos patogénicos del aparato
mitral. Entre estos mecanismos se encuentran el exceso y redundancia del tejido
de la valva, a menudo afectado por un proceso degenerativo mixomatoso con
una gran concentración de mucopolisacáridos ácidos. Se trata de un hallazgo
frecuente en los pacientes con trastornos hereditarios del tejido conjuntivo, como
el síndrome de Marfan (cap. 342), la osteogénesis imperfecta y síndrome de
Ehler-Danlos. No obstante, en la mayoría de los casos de prolapso de la válvula
mitral, la degeneración mixomatosa se limita a la válvula mitral (o con menor
frecuencia a la tricuspídea o a la aórtica) y no existe ninguna otra manifestación
clínica ni anatomopatológica; por lo general, la valva posterior resulta más
afectada que la anterior y el anillo a menudo está muy dilatado. En muchos
pacientes, las cuerdas tendinosas alargadas y redundantes causan la insuficiencia
o contribuyen a su aparición.
En la mayoría de los pacientes se desconoce la causa del prolapso de la válvula
mitral, pero en algunos parece ser un trastorno del tejido colágeno determinado
genéticamente. Se ha atribuido a una disminución de la producción de colágeno
de tipo III, y la microscopia electrónica revela fragmentación de las fibrillas
colágenas. El prolapso de la válvula mitral puede asociarse a deformidades
esqueléticas similares a las del síndrome de Marfan (aunque menos
pronunciadas), como el paladar ojival y las alteraciones del tórax y de la columna
vertebral dorsal, incluido el denominado síndrome de la espalda recta. El prolapso
de la válvula mitral también constituye una secuela de la fiebre reumática aguday aparece en la cardiopatía isquémica y en las miocardiopatías, así como en el
20% de los pacientes con comunicación interauricular de tipo ostium secundum.
El prolapso de la válvula mitral puede originar una tensión excesiva de los
músculos papilares, que a su vez provoca disfunción e isquemia de los músculos
papilares y del miocardio ventricular subyacente; la rotura de las cuerdas
tendinosas y la dilatación y calcificación progresivas del anillo también
contribuyen a la insuficiencia valvular, que a su vez aumenta la tensión sobre el
aparato valvular mitral enfermo, creando de este modo un círculo vicioso. Los
cambios electrocardiográficos (véase más adelante en este capítulo) y las
arritmias ventriculares parecen obedecer a la disfunción ventricular regional
relacionada con el incremento de sobrecarga impuesta a los músculos papilares.
Manifestaciones clínicas
El prolapso de la válvula mitral es más frecuente en las mujeres. Afecta a
personas de una amplia gama de edades, principalmente entre los 14 y 30 años.
La evolución clínica suele ser benigna. El prolapso de la válvula mitral se observa
también entre pacientes mayores (>50 años), de ordinario varones, cuya
insuficiencia mitral a menudo tiene carácter grave y precisa tratamiento
quirúrgico. Existe una mayor incidencia familiar en algunos pacientes, lo que
sugiere una forma autosómica dominante de herencia. El prolapso de la válvula
mitral varía mucho en cuanto a la gravedad, que oscila entre un chasquido y
soplo sistólicos, y prolapso leve de la valva mitral posterior a insuficiencia mitral
grave debida a rotura de las cuerdas y prolapso masivo de ambas valvas. En
muchos casos, la afección progresa a lo largo de los años o decenios.
La mayoría de los pacientes se encuentran asintomáticos y permanecen así
durante toda su vida. No obstante, el prolapso de la válvula mitral en la
actualidad supone la causa más frecuente de insuficiencia mitral aislada grave
que precisa tratamiento quirúrgico en Estados Unidos. Se han descrito arritmias,
con más frecuencia extrasístoles ventriculares y taquicardias paroxísticas
supraventriculares y ventriculares, que pueden causar palpitaciones, mareos y
síncope. Se han dado casos de muerte súbita, aunque supone una complicación
excepcional. Muchos pacientes tienen dolor precordial difícil de valorar. Confrecuencia es subesternal y prolongado y apenas guarda relación con el ejercicio;
raras veces simula una angina de pecho típica. Se han referido episodios de
isquemia cerebral transitoria secundarios a embolias de la válvula mitral por
rotura del endotelio. Algunos pacientes con insuficiencia mitral asociada a
prolapso de la válvula mitral sufren endocarditis infecciosa.
Auscultación
El hallazgo más frecuente es el chasquido en la mitad o al final de la sístole (no
expulsivo), que aparece 0.14 s o más, después del primer ruido; se piensa que
está generado por la tensión brusca de las cuerdas tendinosas alargadas y
flácidas, o por el prolapso de la valva mitral cuando alcanza su máximo
desplazamiento; los chasquidos sistólicos pueden ser múltiples y a veces se
siguen de un soplo telesistólico de alta frecuencia creciente-decreciente, en
ocasiones "chirriante" o "de bocina", que se oye mejor en la punta. El chasquido
y el soplo son más precoces cuando el paciente está en bipedestación, durante la
fase de tensión de Valsalva y con las intervenciones que disminuyen el volumen
del ventrículo izquierdo y aumentan la propensión de las valvas mitrales a
prolapsarse. Por el contrario, la posición en cuclillas y el ejercicio isométrico, que
aumentan el volumen del ventrículo izquierdo, disminuyen el prolapso y el
complejo chasquido-soplo se retrasa o incluso desaparece. Algunos pacientes
presentan un chasquido mesosistólico sin soplo, otros tienen el soplo sin el
chasquido, y otros presentan ambos ruidos en distintos momentos.

Hoy es el inicio de .......

Hoy se inician las del curso básico de medicina interna   
Temas:

  1.  Historia Clínica.                                                                                                  
  2.  Relación Médico Paciente.
  3.  Signo vitales 
  4.  Dolor (Tipos).
  5.  Infecciones (Clasificación).
  6.  Hemorragia. 
  7.  Heridas (Clasificación y Abordaje). 
  8.  Fracturas (Clasificación y Abordaje). 
  9. Quemaduras (Clasificación, como calcular la proporción corporal y abordaje)  

                                        Horarios disponibles
                           Miér, Jue y Vier ——–—2pm- 5 pm
                             Sab--- 11am-2pm y de 2pm-5pm
                                        Cupo limitado
                                   Para mayor información
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sábado, 18 de febrero de 2012

prevenir es capacitar

Curso básico de medicina interna
Temas:

· Historia Clínica.                                                                                                 
· Relación Médico Paciente.
· Signo vitales
· Dolor (Tipos).
· Infecciones (Clasificación).
· Hemorragia.
· Heridas (Clasificación y Abordaje).
· Fracturas (Clasificación y Abordaje).
· Quemaduras (Clasificación, como calcular la proporción corporal y abordaje)

Horarios
Miér, Jue y Vier ——–—2pm- 5 pm
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martes, 17 de enero de 2012

Clasificación de la endocarditis


La endocarditis puede clasificarse de acuerdo con la evolución temporal de la enfermedad, el sitio de la infección, la causa de la infección o la presencia de un factor de riesgo predisponente como el consumo de drogas por vía intravenosa. Aunque cada criterio de clasificación proporciona información terapéutica y pronóstica útil, los métodos se superponen y ninguno es suficiente por sí solo. La clasificación de la endocarditis como aguda o subaguda se empleó al principio para describir la enfermedad y el tiempo transcurrido hasta la muerte; en la actualidad se aplica a las características y a la progresión al avance de la infección hasta el momento del diagnóstico. La endocarditis aguda es una enfermedad que conlleva fiebre héctica, que lesiona pronto las estructuras cardíacas, produce focos metastásicos extracardíacos diseminados por vía hematógena y, si no recibe tratamiento, evoluciona hasta causar la muerte del paciente en cuestión de semanas. La endocarditis subaguda sigue un curso más larvado, provoca lesiones cardíacas estructurales lentamente, si es que llega a provocarlas, rara vez origina infecciones metastásicas y sigue un curso gradualmente progresivo a menos que se complique con un episodio embólico grave o con la rotura de un aneurisma micótico. En los países desarrollados, la incidencia de endocarditis varía entre 1.5 y 6.2 casos anuales por 100 000 habitantes. A finales del decenio de 1980, en una zona metropolitana de Estados Unidos (Philadelphia), la endocarditis afectó a 9.3 personas por 100 000 habitantes y año. No obstante, 50% de estos casos fue consecuencia del consumo de drogas por vía intravenosa. La incidencia de endocarditis está notablemente aumentada en los ancianos. La tasa acumulada de endocarditis de prótesis valvulares es de 1.5 a 3.0% al año de la sustitución valvular y de 3 a 6% a los cinco años; el riesgo es más alto durante los primeros seis meses tras la sustitución valvular.

Endocarditis infecciosa: introducción


La proliferación de microorganismos en el endotelio cardíaco tiene como consecuencia el desarrollo de una endocarditis infecciosa. La lesión característica en el sitio de infección, la vegetación, consiste en una masa de plaquetas, microcolonias de microorganismos y escasas células inflamatorias. La infección afecta con mayor frecuencia a las válvulas cardíacas (tanto a las válvulas naturales como a las prótesis valvulares), pero también puede ocurrir en el lado de baja presión del tabique ventricular en un defecto, en zonas del endocardio mural dañadas por chorros de sangre o por algunos cuerpos extraños, o en los propios dispositivos intracardiacos. El proceso análogo, que afecta a las comunicaciones arteriovenosas o arterioarteriales (conducto arterioso persistente) o a una coartación aórtica, recibe el nombre de endarteritis infecciosa.

Las bendiciones de Nuestro Señor Padre Celestial.


Dios bendiga a todos los seguidores de es blog y un saludo cordial de la familia cecapres