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Cecapres

viernes, 9 de diciembre de 2011

Infección urinaria



Las infecciones urinarias agudas pueden subdividirse en dos categorías
anatómicas generales: infecciones bajas (uretritis y cistitis) e infecciones altas
(pielonefritis aguda, prostatitis y abscesos intrarenales y perinéfricos). Estas
infecciones pueden presentarse juntas o de manera independiente, y ser
asintomáticas o constituir uno de los síndromes clínicos que se describen aquí.
Las infecciones de la uretra y de la vejiga a menudo se consideran superficiales
(o de la mucosa), mientras que prostatitis, pielonefritis y supuración renal
implican la invasión de los tejidos.
Desde una perspectiva microbiológica, existe una infección urinaria (urinary tract
infection, UTI) cuando se detectan microorganismos patógenos en orina, uretra,
vejiga, riñón o próstata. En gran parte de los casos, la presencia de más de 105
microorganismos por mililitro de una muestra adecuada de orina tomada de la
mitad del chorro con total asepsia indica una infección. No obstante, en algunos
casos de verdadera infección urinaria no se detecta bacteriuria importante. En
concreto, en los pacientes sintomáticos, una cantidad más reducida de bacterias
(102-104/ml) indica infección. En las muestras de orina obtenidas mediante
aspiración suprapúbica o sondaje "instantáneo" y en las muestras tomadas de
pacientes con un catéter permanente, las cifras de 102-104 colonias/ml por lo
general implican infección.

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